A la terapia llegamos tras un camino personal en el que no encontramos
respuestas que den salida a las dificultades y conflictos que nos
bloquean o nos paralizan en un momento concreto.
La terapia puede ser un proceso de crecimiento y de desarrollo personal profundo en el que vamos elaborando, en un trabajo de dos (paciente y terapeuta), un mapa propio o modelo del mundo y de cómo nos movemos y situamos en él. Esto hace posible que podamos reconocer las fuerzas y capacidades que tenemos para resolver desde lo que somos un conflicto
.
Este proceso terapéutico facilita el darse cuenta, el tomar conciencia de las propias necesidades (descanso, reconocimiento, aceptación, búsqueda de otros...), nos hace hábiles en atendernos a nosotros mismos y nos capacita para elaborar un nuevo modelo que nos ayude a completar y finalizar de forma ajustada una necesidad.
Este proceso terapéutico facilita el darse cuenta, el tomar conciencia de las propias necesidades (descanso, reconocimiento, aceptación, búsqueda de otros...), nos hace hábiles en atendernos a nosotros mismos y nos capacita para elaborar un nuevo modelo que nos ayude a completar y finalizar de forma ajustada una necesidad.
Amparo Navarro Salvador